miércoles, 5 de diciembre de 2012

Nombres secretos

No tengo tiempo para nada y vengo de un día complicado: el calor, las porquerías que pasan con los subterráneos en Buenos Aires aún no estando hoy de paro, llegar a casa y que hayan cortado la luz. Nada  resulta muy colaborador. Salgo del trabajo con una lista de libros para que me pasó por whatsapp una amiga que vive lejos. Salgo del trabajo, me tiento con los ramos de jazmines que venden por todos lados y me meto en una librería, listita en mano. Compro y regreso a casa sin los jazmines (no van a llegar vivos después de una viaje en subte) pero con un ánimo mejorado. Tal vez porque su extensión viene de perlas para mi falta de tiempo, leo de prestado uno de ellos:  Desarticulaciones de Silvia Molloy. 

El tema podría ser espeluznante pero Molloy escribe que es una delicia: una amiga de muchos años se va perdiendo a sí misma por el Alzheimer. Por más de cuarenta años compartieron una amistad, lecturas, escritura y alguna relación de pareja. Una ya casi no está y la otra escribe cómo es eso de ir perdiéndola. O reteniéndola al poner por escrito los recuerdos que ya no van a poder compartir. ¿Cómo asisitir a la degradación de quien siempre había sido freudianamente certissima para la otra?

Me conmovió todo, pero especialmente este capítulo.¿Cuánto de nosotros perdemos al perder a quien amamos?


Nombres secretos

Dos personas que se quieren se inventan nombres, apelativos absurdos basados en algún secreto o alguna experiencia compartida de la que nadie sabe, nombre a veces infantiles, muchas veces obscenos, ridículos: es el lenguaje del amor, intraducible. (...) Pienso a veces cuando la visito que ella  tenía un nombre para mí, también secreto, que dejó para siempre de usar cuando yo puse fin a nuestra relación. Pienso a veces que en algún lugar de esa memoria agujereada debe estar ese nombre, y así como decimos Pablo cuando queremos decir Pedro, algún día se le escape. Nunca ha ocurrido ni posiblemente ocurra: la censura provocada por el despecho acaso sea la última en irse,  junto con las buenas maneras.

3 comentarios:

Geisha dijo...

Ponga por aquí esa listita de libros... Besos

Fiamma dijo...

Geisha, vamos a ver:
"En breve cárcel" y "Desarticulaciones" de Silvia Molloy, "Visto y oído" de Hebe Uhart, "Temas lentos" de Alan Pauls, "E traductor" y "Camino total" de Salvador Benestra. Quedaría por agregar, porque es muy lindo, o los "Relatos reunidos" de Uhart o "Turistas" de la misma autora. Y algo más le encontraré, porque mi amiga es una lectora ávida y se merece tener los libritos que le gustan.
Y vos: ¿Qué leerías en estos tiempos? Se acerca la temporada de ocio y yo ya tengo mi propia wish-list.
Besos, ma soeur

Maria dijo...

Perdemos lo que dimos a quien se va.
Aparte: ya le pasaré mi lista para este fin de año filosóficamente atareado, pero con el firma propósito de considerar la literatura. Algo vaticiné en mi lista de regalos de FB.
También proyecto de nuevo blog, que al anterior lo estaba haciendo, cuando podía, yo sola. Mejor sin "conjunteces" en estos rubros ¿no cree, amiga?
Saludos.
María.