lunes, 2 de abril de 2012

Reforma de código

El proyecto de reforma del Código Civil habla de "familia por afinidad" para designar a la antigua familia política.

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En la tarde de ayer y como homenaje a la niña quinceañera, a las cinco de la tarde (y el dramatismo de Lorca se hizo carne ), comenzó a caer mi familia política a casa. Mi suegra, mi cuñado, dos tías que ya conocía y una tía nueva con su hija embarazada. Una prima ya conocida y su marido. Otra tía se excusó porque la habían invitado a ver Mamma mia en el teatro justo ese mismo día. No voy a decir que no me preocupaba un poco el número de gente que iba a estar masticando en nuestro living, ni el hecho de compartir por primera vez el rol de anfitriona. Ni qué hablar del detalle de ser la novia de la hija, sobrina, prima dilecta de la gente en cuestión...

El hecho de que sean gente buena que se ha alegrado de nuestra felicidad y nos ha apoyado en nuestros proyectos ayudó, pero los malones siempre me impresionaron. Además de que era la presentación formal de la nueva casa (y qué linda que les quedó, qué cómoda y ¿de verdad llegaron a comer de esos tomates?). Nos sacamos fotos, circularon anécdotas de todos los tiempos, soplamos las velitas.

Pasadas las nueve, llegaron estratégicamente las amigas. Paulita y la Pipi son de fierro. Trajeron regalitos y, con ellas seguimos comiendo y riéndonos hasta cualquier hora. La yapa fue quedarnos disfrutando del regalo que las chicas le trajeron a la nena:  el video del concierto de Adele en el Albert Hall.

Un festejo como cualquier otro, en esto que se va armando como nuestro ritmo, nuestro código, nuestro propio léxico familiar.

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