"Y fue con los ojos del verano, por una sola vez, en el curso de aquella experiencia unica, que estuve contemplando a una mujer. A Sui."
Banana Yoshimoto, N.P.
He frecuentado por estudio placer en los últmos meses la narrativa de Banana Yoshimoto. Con preocupación debo decir que no sé japonés y que los cuatro titulos que se han traducido al castellano son pocos y buenos en todos los casos. Hay alguna novedad más en inglés, pero eso no resuelve mi entusiasmo por la autora.
Todos sus personajes son mujeres jóvenes, en un período de la vida que ya pasó para mí, pero que me resulta tan dulce recorrer desde la literatura. Mujeres muy jóvenes, perdidas, con familias extrañamente conformadas o informes, que tratan de llegar al amor, a a estabilidad emocional. En casi todos los casos, hay muy bajas expctativas de logro: hay dinero disponible (rentas, novios acaudalados), no hay una pasión por el estudio o la carrera. Trabajan muy poco y hacen gala de una curiosa costumbre: el arubaito, palabra que en una particular interfaz japonesa- alemana (arbeit) da cuenta de un trabajo estacional, de subsistencia, sin responsabilidades.
Y así viven. Pero aquí lo llamativo es cómo se cuentan esas vidas y lo que la piadosa traducción del japonés nos hace llegar es muy atractivo.
Comencé por Kitchen, segui con Un sueño profundo, N.P. y Amrita. Las temáticas son semejantes entre sí y ahora, con un poco de distancia, podría armarme alla franfenstein una gigante pretagonista global que se duerme, se evade, traduce, se emborracha y se enamora.
Y aqui viene el punto. No sé que tratamiento tiene la homosexualidad femenina en la cultura japonesa. He visto algunos ejemplos en textos de manga, pero me pareció un devaneo adolescente, nada que pudiera ser tomado en serio. La cosa es que he encontrado en todas los textos de Banana Yoshimoto la contemplación fascinada de una mujer por otra, el deseo de tocar, un beso en la boca robado a una amiga, la mano lista para acariciar el cuerpo de la otra.
Poco y nada sé de la autora pero recuerdo haber leído (¿en su blog?) que según propia declaración ella escribe sobre sus experiencias de vida (¿heterosexual?).
Muy difícil resulta acercarse a una cultura que ha sido desde siempre el mejor ejemplo de "lo otro", "lo lejano". Más difícil aún, intentar llegar a una literatura a través de la traducción. Casi todas las posibilidades en contra, yo diría, pero al mismo tiempo puedo decir que he leído y que me ha gustado lo que llegó a mis manos. Y que nunca hubiera sospechado ese coqueteo lésbico, esa mirada fascinada por la amiga, ese deseo físico por otra mujer que describen las protagonistas.
Comparemos impresiones de lectura y comencemos ya mismo el curso de lengua japonesa para poder subsanar estos baches culturales.
Banana Yoshimoto, N.P.
He frecuentado por estudio placer en los últmos meses la narrativa de Banana Yoshimoto. Con preocupación debo decir que no sé japonés y que los cuatro titulos que se han traducido al castellano son pocos y buenos en todos los casos. Hay alguna novedad más en inglés, pero eso no resuelve mi entusiasmo por la autora.
Todos sus personajes son mujeres jóvenes, en un período de la vida que ya pasó para mí, pero que me resulta tan dulce recorrer desde la literatura. Mujeres muy jóvenes, perdidas, con familias extrañamente conformadas o informes, que tratan de llegar al amor, a a estabilidad emocional. En casi todos los casos, hay muy bajas expctativas de logro: hay dinero disponible (rentas, novios acaudalados), no hay una pasión por el estudio o la carrera. Trabajan muy poco y hacen gala de una curiosa costumbre: el arubaito, palabra que en una particular interfaz japonesa- alemana (arbeit) da cuenta de un trabajo estacional, de subsistencia, sin responsabilidades.
Y así viven. Pero aquí lo llamativo es cómo se cuentan esas vidas y lo que la piadosa traducción del japonés nos hace llegar es muy atractivo.
Comencé por Kitchen, segui con Un sueño profundo, N.P. y Amrita. Las temáticas son semejantes entre sí y ahora, con un poco de distancia, podría armarme alla franfenstein una gigante pretagonista global que se duerme, se evade, traduce, se emborracha y se enamora.
Y aqui viene el punto. No sé que tratamiento tiene la homosexualidad femenina en la cultura japonesa. He visto algunos ejemplos en textos de manga, pero me pareció un devaneo adolescente, nada que pudiera ser tomado en serio. La cosa es que he encontrado en todas los textos de Banana Yoshimoto la contemplación fascinada de una mujer por otra, el deseo de tocar, un beso en la boca robado a una amiga, la mano lista para acariciar el cuerpo de la otra.
Poco y nada sé de la autora pero recuerdo haber leído (¿en su blog?) que según propia declaración ella escribe sobre sus experiencias de vida (¿heterosexual?).
Muy difícil resulta acercarse a una cultura que ha sido desde siempre el mejor ejemplo de "lo otro", "lo lejano". Más difícil aún, intentar llegar a una literatura a través de la traducción. Casi todas las posibilidades en contra, yo diría, pero al mismo tiempo puedo decir que he leído y que me ha gustado lo que llegó a mis manos. Y que nunca hubiera sospechado ese coqueteo lésbico, esa mirada fascinada por la amiga, ese deseo físico por otra mujer que describen las protagonistas.
Comparemos impresiones de lectura y comencemos ya mismo el curso de lengua japonesa para poder subsanar estos baches culturales.