miércoles, 24 de abril de 2013

Matrimonio para todos

Desde el Bois de Boulogne hasta Danfert Rocherau desfilaban caravanas y caravanas de autos y colectivos repletos (hubo que dejar pasar unos cuantos hasta poder subir). Todas las bienpensantes familias tipo francesas habían sido convocadas por la Iglesia para manifestar en contra de lo que era el proyecto de ley que admitiría le mariage pour tous. 
Muchas madres-como-dios-manda empujaban cochecitos de bebés de los que colgaban carteles que decían: "Fait par maman et papa" ("Hecho por mamá y papá"). No escatimaron delicadezas al estilo de: "Il y a pas des ovules dans tes testicules" ("No hay óvulos en tus testículos"). O bien: "Normalité= Legalité" ("Normalidad= Legalidad").
Esto sucedió a mediados de enero de este año. Se prometía una contramarcha para fines de mes. Vimos un cartel anunciándola en un bar de osos, cerca del Pompidou. El lema resultaba mucho más tranquilizador: "Legalité =Egalité" ("Legalidad= Igualdad")
Pero la iglesia volvió a montar a sus seguidores "mami-papi" en sus micros e inundaron una vez más París. 
Y así las cosas.
En el día de ayer, Francia sancionó la ley: es ley el matrimonio igualitario.


Carteles defendiendo la ley, pegados frente al Hôtel de Ville
el día de la manifestación de los contras: "La normalidad (felizmente) no existe".
"Máscara del matrimonio sin sexo determinado"



miércoles, 10 de abril de 2013

En el colegio

Reunión de padres en el colegio del nene. Asistimos. Ha comenzado primer año de la escuela secundaria. Colegio nuevo, compañeros nuevos. Nuevos ritmos. Escuchamos presentaciones y recomendaciones. Como la escuela es decididamente copada, después de la reunión nos ofrece en el patio una cena de empanadas y vino para que podamos conocernos y charlar entre nosotros.
Nos quedamos primero conversando un poco con una de las coordinadoras. Se acerca una mamá, se presenta: ella se llama Cecilia. Nos da charla. Primero me pregunta la madre de cuál niño soy. Gran desconcierto cuando le pregunta a mi esposa y ella responde dando el mismo nombre del mismo niño. Aclara luego que ella es la mamá; yo, la madrastra. No sé si este último es el término más justo, pero por ahora nos ha ido dando resultado.
Cecilia ni se mosquea al escuchar nuestro relato. Es lo más normal para todos. Al instante nos presenta a otra mamá. Ellas ya se conocen porque sus dos hijos varones ya habían hecho la primaria juntos . Nos saludamos. Pasamos por lo de madre-madrastra. Ella escucha lo más tranquila. Sonríe. Cecilia dice que hay un tercer compañero de primaria de sus hijos  que también se cambió a este colegio. Y que, además, tiene dos papás. Muy sonriente, se propone presentarnos. Nos acercamos empanada y vaso en mano. Nos saludamos. Charlamos de los chicos, del paso importante que supone que comiencen la secundaria. Decimos que hay muchas familias con dos padres o dos madres, es verdad, hay muchas. Y que menos mal que nosotros estamos acá para poder decirlo.
Estamos contentas, estamos más tranquilas. Nuevamente recibimos una grata sorpresa, como la del año pasado, cuando la profesora de Artes Visuales nos recibió en la reunión de padres diciendo que ella también era lesbiana.


Habernos constituido como una familia con niños siendo dos mujeres muchas veces ha resultado un lugar muy solitario. Vemos que con el paso del tiempo, se va haciendo camino al andar.