jueves, 26 de abril de 2012

Abril no es el mes más cruel

April is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire...



Abril ha sido el mes de campear temporales, reubicarnos, ir a escuchar a Ligia Piro en una noche preciosa y volver sobre algunos de mis grande hábitos que se volvieron (como todo lo mío en estos tiempos) hábitos familiares.

Este año el BAFICI fue compartido con los nenes. Los  llevamos con ganas de que conocieran qué era un festival de cine. Miramos la programación tratando de cooordinar horarios y posibilidades que fueran aptas para todo público" (de hecho, muchas de las películas lo son, pero al no venir expresamente categorizadas desde su lugar de origen, todas caen en la bolsa de gatos de "prohibidas para menores de 18"). Nunca me había fijado en eso, ya que siempre fui ampliamente mayor de 18.  Así los llevamos a ver una película de animación española (Papá soy una zombie) y ese experimento sobre The Wall que proyectaron en la cúpula del Planetario.
El entusiasmo es contagioso y del entusiasmo también se aprende. Los cuatro votamos al salir de ver la película de animación y la nena decidió vestirse más a lo  Bafici para la segunda vez que fuéramos y se coronó con una boina que le quedaba preciosa.

Parece que lo familiar es nuestro tema de estos tiempos porque, sin proponérnoslo, fuimos a ver dos películas alemanas de la sección "Album familiar": Was bliebt (o sea, "Lo que queda" aunque aquí lo tradujeran como "Home for the weekend") y la durísima y teórica Totem. Cerramos con un poco de decepción por Igual si llueve, que prometía un buen rato de lindas imágenes en una narración sobria y se transformó en la nada misma.

Tantas cosas de la vida cotidiana se van decantando en una vuelta familiar, que no me sorprende que esta se sume y que hayamos podido compartirlo en alegre montón.  ¡ Además me han dicho que puedo conservar por, al menos, 10 años este catálogo antes de que siga la misma ruta de sus congéneres de ediciones anteriores!

martes, 3 de abril de 2012

Los términos del asunto

Hace un par de años habíamos visto cada una por nuestra cuenta la película a la que hace referencia la dirección de este blog. Ella me había preguntado en un email qué me había parecido. Yo me tomé un tiempo para ver la película y otro tiempo más largo todavía para responderle (cosa que sucedió hace un par de meses). Para estrenar el sillón y el televisor, decidimos volver a ver la película hace unas pocas semanas. Yo sólo puedo decir que me gustó mucho más. Me explayo en esto.

En su momento, loq ue más me había gustado de la película era que tomaba el mismo tipo de argumento (mujer aburrida o despechada porque su pareja prioriza su trabajo, busca la aventura, la encuentra con un tipo informal y divertido que la saca de su rutina...). El argumento de siempre pero naturalizando por primera vez el hecho de que el matrimonio en crisis sea el de dos mujeres y que los hijos hayan sido concebidos por inseminación artificial a partir de un mismo donante. No es nuevo que se hable de la conflictiva rutina de las clases medias, es toda una novedad que el cine comercial que la candidaturas de los óscares hable de familias homoparentales.

The kids are all right cuando son deseados y amados por sus madres/padres. Para los niños es lo más normal del mundo vivir en una casa donde son queridos y respetados. La hija en la película dice con total normalidad que tiene dos madres y que son lesbianas. Es el adulto el que traga saliva un segundo antes de decir que las lesbianas son muy cool. La película pone en primera línea que los adolescentes pueden tener conflictos con la autoridad materna (como en cuanlquier casa) y que una mujer se puede sentir seducida por un hombre en el que replican los gestos de su hijo.

Me parece una ternura la escena en la que ellas cuentan cómo se conocieron. Inténtenlo como prueba: cuenten frente a sus amigos cómo conocieron a su pareja. Verán que inmendiatamente se planta una sonrisa boba en la cara.


lunes, 2 de abril de 2012

Reforma de código

El proyecto de reforma del Código Civil habla de "familia por afinidad" para designar a la antigua familia política.

(...)
En la tarde de ayer y como homenaje a la niña quinceañera, a las cinco de la tarde (y el dramatismo de Lorca se hizo carne ), comenzó a caer mi familia política a casa. Mi suegra, mi cuñado, dos tías que ya conocía y una tía nueva con su hija embarazada. Una prima ya conocida y su marido. Otra tía se excusó porque la habían invitado a ver Mamma mia en el teatro justo ese mismo día. No voy a decir que no me preocupaba un poco el número de gente que iba a estar masticando en nuestro living, ni el hecho de compartir por primera vez el rol de anfitriona. Ni qué hablar del detalle de ser la novia de la hija, sobrina, prima dilecta de la gente en cuestión...

El hecho de que sean gente buena que se ha alegrado de nuestra felicidad y nos ha apoyado en nuestros proyectos ayudó, pero los malones siempre me impresionaron. Además de que era la presentación formal de la nueva casa (y qué linda que les quedó, qué cómoda y ¿de verdad llegaron a comer de esos tomates?). Nos sacamos fotos, circularon anécdotas de todos los tiempos, soplamos las velitas.

Pasadas las nueve, llegaron estratégicamente las amigas. Paulita y la Pipi son de fierro. Trajeron regalitos y, con ellas seguimos comiendo y riéndonos hasta cualquier hora. La yapa fue quedarnos disfrutando del regalo que las chicas le trajeron a la nena:  el video del concierto de Adele en el Albert Hall.

Un festejo como cualquier otro, en esto que se va armando como nuestro ritmo, nuestro código, nuestro propio léxico familiar.